Siempre que hacemos uso de Internet ello sucede a través de un navegador web, el cual es justamente aquella ventana que utilizamos. Si bien puede parecer muy sencillo todo a simple vista, en el fondo existe un amplio proceso donde los datos y archivos son interpretados para que en la pantalla nosotros podamos entenderlos tal como siempre hemos llegado a reconocerlos. Yendo más a fondo sobre lo aquí explicado, lo que hace el navegador es poder interpretar el código tipo HTML, permitiendo que el usuario puede conectarse entre páginas, imágenes o documentos a través de los famosos hipervínculos.
Para que todo navegador pueda funcionar del mejor modo posible es necesario que se posea una conexión a Internet estable, en caso contrario será prácticamente inútil su uso. Asimismo hoy en día también se puede encontrar una gran variedad de estos mismos, presentando diversas cualidades, formas de uso e interfaces distintas, dependiendo ya de cada uno e nosotros encontrar el que se adecue mejor a nuestro estilo de uso. Por ejemplo, entre los más populares encontramos al Chrome de Google, Mozilla de Firefox, o el Internet Explorer de Microsoft (el cual viene ya establecido en los sistemas operativos de Windows).